Artesanía y calidad, el marfil se asocia con la producción de obras de arte y objetos de alta calidad. Estas piezas pueden exhibir una artesanía excepcional y detalles intrincados, lo que las hace deseables tanto por su valor artístico como por su calidad.

Historia y contexto, las piezas de marfil del siglo XIX a menudo tienen una historia y un contexto únicos. Pueden estar relacionadas con eventos históricos, culturas específicas o artistas reconocidos, lo que añade un valor histórico y narrativo a estas piezas.
En coleccionismo, el marfil es buscado por coleccionistas que aprecian la belleza y la singularidad de las antigüedades. La demanda de estos objetos entre coleccionistas contribuye a su valor en el mercado.